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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

02 agosto 2012

Los unos y los otros

A esta isla llegan en verano turistas de medio mundo y de todo tipo. Ricos riquísimos que tienen aquí amarrado un yate de muchos millones de euros y que usan sólo un mes al año; familias de clase media que han preparado sus vacaciones a lo largo de todo el año y disfrutan de quince días de playa con los chicos; adolescentes en bandadas, que juntaron como pudieron unos dinerillos y se vienen a reventar la noche y reventarse el cuerpo una semana, y volverán a su casa (los que no se quedan en el intento y se matan tirándose de balcón a balcón en alguna noche de champagne y de cocó, que dice el tango; o entregados a los brazos del sueño eterno después de un coma etílico de esos de campeonato) donde los esperan sus padres amorosos y su vida que seguirá aburrida hasta el verano que viene; también grupos de chicos y chicas de vacaciones, con ganas de divertirse pero sin tanto delirio; parejas enamoradas y más o menos legales; italianos, franceses, holandeses, alemanes, ingleses, escoceses, noruegos, españoles, portugueses, polacos, últimamente muchísimos rusos.

De todo hay y de todo ha habido y entre todos han ayudado a enriquecer esta isla, de donde son oriundas muchas de las cadenas hoteleras más famosas y prósperas del mundo (Riu, Iberostar, Barceló, Meliá) y sus propietarios, que siguen viviendo aquí. El turismo y sólo el turismo es la fuente de recursos de esta parte del mundo, por vía directa o indirecta. Aquí no hay ni ha habido, desde al menos el siglo XVI, cuando el comercio y la navegación en el Mediterráneo perdió su primacía por el "descubrimiento" de América, otra riqueza ni otra palanca que moviera la economía, que era hasta bien entrado el siglo XX una economía de subsistencia.

Y a pesar de eso, y por muy difícil de entender que resulte, todavía hay quienes miran al turista con cara de oliendo mierda, se quejan de esa "invasión" de "guiris", los maltratan, los insultan por lo bajo, se burlan de ellos despiadadamente y los estafan toda vez que pueden. En pocas palabras: matan, supongo que sin darse cuenta, la gallina de los huevos de oro, y le muerden, ingratos, la mano a quien les da de comer.

No son todos; ni siquiera son muchos. Son muy pocos. Y los tengo muy señalados y no los olvido porque me llenan de rabia. He sido una viajera desde la infancia, hija de padres viajeros, y me pregunto si a esta gente que así trata a los que vienen a visitarlos en su casa, le gustaría ser tratada igual o parecido cuando están de viaje. Porque para ser tan energúmeno no hace falta ni siquiera ser del todo ignorante: siempre recuerdo a un mallorquín de pro, hombre culto y estiradísimo, que en ocasión de una charla en Formentor, repantigado en una butaca pagada por Barceló, y fresquísimo por el aire acondicionado, en presencia nada menos que de Sergio Ramírez, el escritor y político nicaragüense, soltó aquello de "el turismo ha hecho más daño que la colonización". Yo no podía creerlo.

Pensé entonces que lo que hace más daño que la colonización es la riqueza sin educación; la prosperidad repentina y fácil que nos llena la cabeza de pájaros y nos convence de que lo que tenemos, todo aquello de que gozamos, no está allí por tal y tal razón por la que deberíamos estar agradecidos, sino porque nosotros somos mejores que el resto de la humanidad y nos lo merecemos.

Y he hecho todo este prolegómeno para contarles que desde ahora empezaré a hacer lo que no hice, o hice poco: contar los méritos de los lugares donde me atienden bien, y escrachar los lugares donde me atienden mal. No servirá de mucho, seguramente de nada; pero al menos me quedaré más contenta. Y cada vez que me maltraten donde deberían atenderme, como ayer, pensaré para mis adentros: ya vas a ver, ya vas a ver.




1 Comments:

Anonymous Ángela said...

¡A por ellos, no desfallezcas! Premios a los buenos y castigos a los malos. Y ya está, hombre.

2/8/12 19:36  

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