Mi foto
Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

10 agosto 2011

Por fin lo creo, o le creo, o como quiera que se diga, que ya estoy embrollada.


Los sonidos del idioma, los acentos, los tonos, las palabras, son como un milagro. No hay muchas cosas que me diviertan más que escuchar a la gente charlando. Ahora mismo, tirada en la cama de mi habitación de hotel ( y mal tirada, estas eran cosas que podía hacer a los 20 años o a los 30. Dentro de un rato me dolerán hasta los huesos de los meñiques) con la ventana abierta de par en par, entra el aire fresco de la playa y las voces de una pareja de andaluces. Charlan de cosas importancia, están solos. Yo los escucho ( desde luego desde luego que esto es muy bonito. Bueno, un poco frío. Qué frío ni frío mujer, ven p'acá) y me deleito y me siento también como una ladrona de palabras. Si sigo con la ventana abierta ( ahora él tararea un bolero) no puedo evitar oírlos. Si me levanto a cerrarla se darán cuenta de que alguien estuvo escuchando y será peor, ay.
Pero no era eso lo que quería contar. Algún día voy a aprender a concentrarme, a no derivar la escritura para acá y para allá, a no llevarla y traerla como maleta de loco. En los libros de castellano con los que yo aprendía en la escuela, que hoy son verdaderas piezas de museo de la enseñanza, se hablaba de "loísmo" y "leísmo". El leísmo no sólo me quedaba claro sino que lo tenía perfectamente ejemplificado en mi vida cotidiana. Las chicas paraguayas o correntinas que trabajaban en casa decían "le quiero" cuando hablaban de sus novios ( y yo adoraba escuchar esas historias, que me parecían folletines de amores ardorosos) o le contestaban a mamá "ya les planché y les guardé, señora" cuando ella les preguntaba por las camisas de papá.
Pero el loísmo, ¿qué eran el loísmo o el laísmo? ¿Quiénes, o dónde, construirían esas oraciones disparatadas que mi libro de Castellano traía como ejemplos de lo que no debía decirse? Me quedaba, evidentemente, mucho por vivir, y por oír. El año pasado por primera vez se empezó a develar el misterio, más de 40 años después. En un peaje de una ruta de Salamanca y mientras yo buscaba las monedas para pagar, la chica que me tenía que cobrar le contaba algo a su compañera: " y si no la da vergüenza, que no la va a dar..." , y a mí me sonaron campanas en el oído. Hoy a la mañana, mientras desayunaba, discutían acaloradamente dos empleadas del hotel: "ya la dije que
yo mañana no vengo". Taaaaaaaaan, taaaaaaaaaaan, taaaaaaaaaan, los campanazos.
Y hace apenas un rato, mientras caminaba volviendo hacia el hotel, encontré esta perlita grabada en una placa: "En el año 1924. Apiadada doña María Luisa C. Pelayo de la infancia desvalida, movió a la Diputación Provincial a reformar su inclusa, DIÓLA medios con que ejecutar las obras, veló por ellas, y el año 1928 inauguró el rey Alfonso XIII este suntuoso jardín de la infancia. La Diputación de Santander recuerda en este monumento tan alto ejemplo de misericordia."
Ya lo tengo, hermana Ana María! Lo entendí. Me quedó clarísimo. Y por fin puedo decirle, donde quiera que esté ahora, que le creo o la creo, que ya no sé ni cómo decirlo. Que era cierto. Que el laísmo, efectivamente, existía.

3 Comments:

Anonymous Teresa G said...

Estás en una zona laísta, aunque no sea la única.
Ya sabes que el leísmo está admitido por la Academia, pero no el laísmo y el loísmo.Leí hace tres semanas un artículo de Javier Marías en El País Semanal donde hace un repaso de ese y otros fallos muy de actualidad.
Más tarde, revisando textos vistos en clase, me encontré un artículo de Lázaro Carreter que parecía calcado, pero es que en estas cuestiones es fácil repetirse. En El Dardo de la palabra de L.C. hay innumerables ejemplos de estos.
No hace falta decir que en los ilustres programas de televisión puedes desarrollar un interesante trabajo.

10/8/11 19:28  
Anonymous Anónimo said...

No sé que el leísmo esté aceptado. En cualquier caso, Andalucía, que en fonética habla como habla,es absolutamente distinguidora y tiene clarísimo el uso de los tres pronombres.

Cuéntanos lo de Elvira.

AG

12/8/11 05:38  
Anonymous Teresa G said...

El leísmo se admite sólo en el caso de personas "le vi ayer en la calle" . En el caso de objetos inanimados es incorrecto "terminé el cuadro y le coloqué en su sitio".
Se da en el centro y norte de España y se explican sus motivos de esta circunstancia geográfica en el Diccionario de Dudas de la Real Academia.

12/8/11 06:15  

Publicar un comentario

<< Home