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14 julio 2010

Lo amargo del estío

   Voy y vengo por la casa desasosegada, inquieta, como si no estuviera aquí ni allí ni en ningún lado. Tomo agua, y corto una tajada de melón y me quejo del calor, y me mojo la cabeza y me ducho y me tiendo en mi sillita del balcón donde no duro quieta ni un minuto.

   Hace calor y me molesta todo y me duele todo y no encuentro ni postura ni remedio ni consuelo. Y me descubro diciéndole a nadie que no sé qué quiero hacer ni qué tengo ni qué me pasa.

   Pero sí sé qué me pasa y lo que quiero. Quiero apoyar la cabeza en un hombro y llorar hasta que se me acaben las lágrimas; y que no haya preguntas ni respuestas ni cuestiones ni misterios. Vida. Vida que pasa por algún lado que yo no acierto hoy a descubrir.

   Mañana saldrá otra vez este sol que derrite; y me iré al mar y nadaré hasta que no me quede aliento y quizás allí encuentre lo que esta noche tan amarga me falta desesperadamente.

2 comentarios:

  1. Que maravilla! Que bien expresas ese sentimiento tan difícil de expresar! Tienes tanto por poner en palabras! No dejes de hacerlo, transmites TODO tan bien! Suerte Alicia, espero poder seguir leyéndote. Noa-Lola.
    Aquí en Altea llueve a mares y eso me devuelve a mi infancia.

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  2. Que maravilla! Que bien expresas ese sentimiento tan difícil de expresar! Tienes tanto por poner en palabras! No dejes de hacerlo, transmites TODO tan bien! Suerte Alicia, espero poder seguir leyéndote. Noa-Lola.
    Aquí en Altea llueve a mares y eso me devuelve a mi infancia.

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