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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

23 agosto 2009

Esta playa de Argelès-sur-Mer


 
Mejor será que siga contándome ese viaje al mediodía francés, cargado de uvas y de verano. Nuestro hotelito está a mitad de camino entre Colliure y Argelès Sur Mer. De un lado, hacia el sur, hacia Cataluña, la costa de piedra; y del otro, hacia el norte, la costa de arena. Toda la zona está muy marcada por la antigua presencia catalana; la bandera con las barras gualda y oro se ve por todas partes, casi como un reclamo publicitario. Y todo parece indicar que se reivindican como catalanes; pero ya les conté que a nadie ni se le ocurre hablar en catalán (que incluso les resultaría bueno para el turismo: están tan pegados a Cataluña que la presencia de turistas catalanes es corriente) ni muchísimo menos pensar que por ser catalanes no son franceses. En fin.

   Pero resulta que toda esta zona se mantuvo siempre con una enorme relación con su vecina España. Ahora, en las buenas, la relación es cordial, económica, turística, podría decir festiva. No siempre fue así, claro.

   A finales del 38 el ejército nacional, alzado contra la República, comenzó la ofensiva final contra Cataluña, que se había conservado durante toda la guerra en manos del gobierno legítimo. Hacia noviembre la derrota estaba ya tan cantada que empezó la desbandada hacia el único camino que les quedaba libre: Francia. Oficialmente entre noviembre del 38 y febrero del 39 entraron por el Roussillon francés más de 350.000 refugiados españoles. Y seguramente fueron muchos más, pero aunque creyéramos en el número oficial eso significaba una catástrofe humanitaria y demográfica impensable: en la zona vivían menos de 200.000 personas, así que los refugiados en poco tiempo duplicaban el número de pobladores. Y ahora imaginen un ejército vencido, derrotado, hambriento y enfurecido, en retirada. Y junto con él miles y miles de civiles: viudas con hijos, ancianos, niños huérfanos o con padres perdidos, familias enteras cargando con lo que podían y de la manera que podían. Pobres y ricos, intelectuales y analfabetos, los únicos denominadores comunes eran la huida y la derrota y el miedo. Todo esto en el invierno europeo, y en medio de una guerra que les pisaba los talones. Para España, una tragedia. Y para Francia, un problemón.

   ¿Qué hacer con toda esa gente? ¿Dónde poner y cómo atender a una multitud de hambrientos en la que venían mezclados niños y milicianos que habían violado conventos enteros; ancianas desarrapadas y hombres cebados de matar y con el odio en los ojos; huérfanos comidos de piojos y tropa de milicianos polacos, ingleses, canadienses; ladrones, asesinos y malvivientes de toda laya y poetas de prestigio? Un asunto que el gobierno francés, que tampoco eran días de gloria para Francia ni para nadie en Europa, resolvió como pudo, y por supuesto mal.

   La playa de Argelès Sur Mer, el primer arenal interminable de Francia entrando por Cataluña, se convirtió en el término de tres meses en un campo de refugiados a cielo abierto. Un campo de concentración, que así se llamó incluso en documentos oficiales, de refugiados españoles, encerrados entre el mar y la alambrada y vigilados por la policía y el ejército francés armados hasta los dientes. Sin techo, sin ninguna clase de protección contra las inclemencias del tiempo, sin comida, sin agua, sin atención médica. Sobrevivieron, como siempre, los más fuertes. Las imágenes fotográficas son terroríficas; los verdaderos horrores de la guerra, que también como siempre terminan pagando los inocentes, los que no tuvieron en sus manos ninguna decisión.

   Yo les pongo sólo una, pero pueden encontrar muchísimas en internet. No se las recomiendo. Quizás esté equivocada, pero al menos estoy convencida: es mejor olvidar y mirar para adelante. Para atrás ya no se puede cambiar nada. Dice mi querido y tan olvidado Fernández Moreno: la culpa no es de ninguno, y ya estamos todos viejos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡ Te felicito!. Con que clase y claridad le has contestado .
Te estás haciendo famosa en el diario, con tus cartas de lectores.
Ya estás entrando en el mundo de la fama
Virginia

28/8/09 18:52  

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