Y más fotos de un día feliz en Girona
El restaurante en el que almorzamos, en la Plaza de la Constitución. Nos sacó la foto el maitre, un hombre alto y buen mozo que hablaba en riguroso catalán con el resto de los clientes y que se dirigió a nosotros en un castellano marcadamente caribeño. Era venezolano, hijo de catalanes emigrados, en el camino tan repetido de la vuelta. No somos los únicos, no.
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