Diario de viaje: una argentina en Mallorca

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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

31 julio 2007

Vacaciones, vacaciones

Y cuánto hace que no escribo! Se ve que la ausencia de la Oriental me dejó como sin savia. Y encima después ese maldito examen de catalán. En fin. No, no me pregunten cómo me fue porque no tengo ni idea, ni la tendré hasta septiembre. Los profesores de catalán tienen sus privilegios: les pagan para tomarle examen a una multitud de marmotas como yo, casi todos españoles (forasters, sí, forasters) que necesitan un certificado que diga que alcanzaron un nivel determinado de conocimientos de catalán para poder trabajar en las maravillosas islas. Y eso aunque después en el trabajo no lo necesiten para absolutamente nada y en su vida digan una palabra en catalán. O sea: los profesores de catalán le han encontrado, por fin unos listos, madre mía, la quinta pata al gato. Y tienen la vaca atada. Los forasters necesitan el certificado que ellos tienen que emitir ( no, a mí ni siquiera para eso me va a servir, quédense tranquilos, que yo ya desde chiquita, como sabe y me recalca muy bien mi santa madre, me he cuidado prolijamente de que nada de lo que estudiara me sirviera para nada de nada. Res de res, que dicen los catalanes), y ellos tienen que pasar unas merecidas vacaciones, que hace mucho calor y esto es una isla rodeada de playas de paraíso. Así que esperaremos pacientemente que se sacudan la arena, que se enjuaguen la sal del mar y que pasen estos calores de sofoco, y después ya habrá tiempo de sentarse a corregir. Los forasters siempre pueden esperar. ¿Se entendió? ¿O se los digo en catalán?
Pero dejemos eso, que no son más que mis excusas para holagazanear y no escribir ni una palabra en el blog desde hace ni sé cuánto. Después de todo yo también necesito una vacaciones

06 julio 2007

Genio y figura

El de ella y el mío.
Diálogo madre e hija, 12 000 km las distancian:
Madre: -¿No fuiste a la playa?
Hija: -No, me quedé estudiando porque mañana rindo examen de catalán.
Madre: -¿Y eso para qué te va a servir? ¿Te va a servir para algo?
Hija: -Para nada, mamá.
Madre: -Bueno, como siempre.
Hija ( con cierto tono cabreado): -Sí, como siempre mamá, como siempre.
Madre: -Bueno, no te pongas así, yo te preguntaba nada más. A lo mejor te sirve para algo.
Hija (al borde de las lágrimas): -No, mamá, no me va a servir para nada. Nada de lo que aprendí en la vida me sirve para nada.
Madre: -Y bueno, no te la agarres conmigo, porque yo no te mandé. Y bien que te avisé, además. Bien que te dijimos con papá que para qué estudiabas "eso" (remarcado el ESO) que no te iba a servir para nada. Pero ustedes no hacen caso! Si nos hubieras hecho caso!

¿Qué sería yo si les hubiera hecho caso? ¿Qué vida de prosperidad y lisonja me esperaba tras la obediencia, y la ignorancia más absoluta, que yo me la perdí? ¿En qué lugar paradisíaco y haciendo qué cosas maravillosas estaría si les hubiera hecho caso?

Demos vuelta la página. Como siempre que tengo que rendir examen estoy muy angustiada. Mañana se me habrá pasado y volveré a pensar que esta era mi única vida posible.

O a no pensar. Mejor.

Quién, quién, quién

¿¿¿¿¿¿¿¿¿Quién me habrá mandado a mí, inútil de mí, infeliz de mí, meterme a estudiar catalán, esta lengua que jamás necesitaré para comunicarme con nadie, que de todos modos puedo leer sin ninguna necesidad de ponerme a memorizar a estas alturas cuándo llevan tilde las graves o las agudas, y que encima sospecho que más temprano que tarde desaparecerá????????????
El mismo que me mandó a pasarme media juventud estudiando declinaciones latinas o intentando, siempre en vano además, traducir a Esquilo, dirán ustedes. O sea: una especie de tara de nacimiento; como una falla de fábrica, un tornillo que salió mal ajustado de la línea de producción o un lunar en el lugar inadecuado. ¿¿¿¿¿¿Qué cornongui me tenía que importar a mí de la poesía de Catulo, encima con ese nombre, de las arengas de Cesar, de las tragedias de Sofocles, que otra que los novelones de Alberto Migré, o de las variantes con que los catalanoparlantes nombran a los tomates????????????
Pues aquí estoy, un viernes a la noche, de una noche espléndida de verano, en una isla del Mediterráneo, a los 50 años, ay, como una desgraciada en camisón, desmelenada y ansiosa, tratando de descular a los desgraciados pronoms febles, que en la vida me servirán para nada, porque mañana rindo examen. Yo que le envidié la suerte al ciego que vendía ballenitas en la estación Callao del subte de Buenos Aires sólo porque él seguiría allí tan pancho mientras yo estaría sudando tinta en un aula, dando examen de quién sabe qué extraña materia; yo que temblé como un cordero ante todo tribunal examinador por el que me tocó pasar, y fueron ya ni sé cuántos; yo que huí bañada en lágrimas de la presencia aterradora de Carmelo Di Leo, aquel pedazo de siciliano que me reventaba en Griego III cada vez que me agarraba. Un destino de mierda, el mío.