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Nombre: albertiyele
Ubicación: Palma de Mallorca, Illes Balears, Spain

03 agosto 2006

De moros y cristianos

Corría el año 1550 cuando el moro Dragut con sus huestes de 1500 turcos desenfrenados, se supone que hambrientos de toda clase de carnes y sobre todo infieles, desembarcaron bajo el amparo de la noche en las calmas costas de Pollença. Los cristianos, pobrecitos, inocentes criaturas del Señor, descendientes de los que habían hecho lo mismito que los moros pero unos años antes (recordar siempre aquello de que al que madruga Dios lo ayuda, y si es cristiano, más), dormían plácidamente, que es el mejor adverbio para describir el dormir y sólo el dormir, que parece que es lo único que puede hacerse plácidamente, quién sabe por qué misteriosa causa. Pero como Dios protege la inocencia sucedió que un tal Joan Mas, pollençin él, despertó del dulce sueño, y avispado del peligro inminente de 1500 moros armados y bien armados desembarcando en la costa, pegó el grito. Y aquello de "hay moros en la costa" no les sonaría a los hombres allá por 1550 a "pará de criticar a Fulanito que acaba de entrar" sino a otra cosa , y dada la voz de alerta el tal Joan Mas sacó con sus voces y su garra de la cama al pueblo entero, que en el apuro, claro, ni tiempo tuvo de vestirse como corresponde a una batalla, y arremetió así no más en camisón y pijama al exterminio del invasor. Las campanas de las iglesias de Pollença daban coraje a los fieles y pavor a los infieles, se ve, porque el hecho es que a pesar del madrugón, de lo inadecuado de la indumentaria y de la escasez de armas que los obligó a defenderse con sólo palos y azadas de campesino, el amanecer encontró a los cristianos victoriosos.
Cautivo y desarmado el ejército....ay! fue un lapsus! No no no. Se me debe haber escapado porque me quedé pensando en que eso de "armado y bien armado" me recordaba a otra frase también célebre; cuestión de asociaciones. Nada de cautivo y desarmado y nada tampoco de la guerra ha terminado; todavía quedaba mucho por luchar contra el moro, y si no lean los diarios de hoy o de ayer o de cualquiera de estos días y me cuentan.
Lo de Pollença fue sólo una batalla, pero tan memorable que se celebra todavía, casi 500 años después, con simulacro de batalla y todo. Los cristianos vestidos de blanco, por lo de los pijamas y los camisones, en alpargatas de esparto, con palos y azadas; los moros, fieros, pintarrajeados, blandiendo espadas con sus cuerpos morenos vestidos con ricas y coloridas sedas de oriente. No sé por qué pero parece que en Pollença de unos años a esta parte hay un único problema: a pesar de saber que van a teminar victoriosos, cada vez hay menos que quieran hacer de cristianos. Mmmmmmm, me parece que la tropa se está avivando!
En fin: historia aparte, es una fiesta descomunal, a la que ayer asistieron, sorprendidos y cámara en mano, Pedro, Pancho, Ramiro y Rubén (yo falté por temor a los raptos, vio?, porque parece que los moros todavía ahora gustan de manotear cristianas y llevarlas pa´la plaza del pueblo con intenciones non sanctas, que después de todo los tipos venían navegando quién sabe desde dónde y ya se sabe que la carne es débil, y yo a mis años ya no estoy para tales jaleos, y mucho menos con morochazos fornidos y encima infieles). Son multitudes festivas que hacen su papel y se la pasan bomba, y terminan la fiesta con misa solemne y después de farra hasta que sale el sol del nuevo día, que dicen que suele encontrarlos batallando todavía, sin palos ni espadas ni azadas, ya en las blancas arenas de Puerto Pollença, gozosamente mezclados moros y cristianos, en batallas cuerpo a cuerpo, sí, pero más humanas, menos sangrientas y muuuuuuuucho más divertidas. Como debe ser, como debió haber sido siempre.

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